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La interdependencia y la empatía en el contexto laboral

¿En qué medida empresario y empleados tienen intereses en común?

En toda relación o vínculo entre personas el principal desafío consiste en reconocer el mutuo protagonismo en la generación del conflicto. Lo usual es que cada uno trate de lograr sus propios objetivos, sin considerar el valor de los intereses del otro.

En muy pocas circunstancias se considera el valor de la interdependencia, implícita en toda relación, como el elemento determinante en el logro de los objetivos individuales.

El énfasis que cada uno pone en conseguir lo que quiere, de forma unilateral, determina inevitablemente las posiciones, desde las cuales se genera el poder que les permitirá lograr lo que pretenden.

En el ámbito de las relaciones laborales es donde con más claridad se manifiesta esta realidad. Reconocer la mutua interdependencia y generar la necesaria empatía determina el éxito en las relaciones laborales y en gran medida condiciona la salud económica de la empresa.

El posicionamiento estratégico ante el conflicto oculta las verdaderas necesidades, tanto de empleados como del empresario, genera distancias, deteriora las relaciones y se pierde la vía natural por la cual se manifiestan los verdaderos intereses de ambos. En este contexto, donde la realidad se mira desde las posiciones, los objetivos individuales se perciben como incompatibles y determina que la única solución pase por que uno gane y el otro pierda.

En cambio, la interdependencia laboral positiva se constituye en el corazón de la vida laboral de la empresa. Empresarios y trabajadores están ligados de tal forma que el éxito de uno significa, necesaria e inevitablemente, el éxito para ambos. Es la dinámica que les permite sentirse mutuamente responsables por los resultados de sus trabajos, los que se reflejan en el éxito comercial de la empresa.

Descubrir la realidad interdependiente en el contexto laboral genera manifestaciones empáticas, por las cuales se percibe y se aporta a la realidad del otro, al mismo tiempo que se contribuye con los propios intereses.

El ideal de una relación empresarial empática e interdependiente quedaría planteada en estos términos: El empresario trabaja para los empleados, los empleados trabajan para el empresario y ambos trabajan para los clientes de la empresa. Esta ecuación se repite en toda relación de convivencia básica, como forma de asegurar que siga existiendo como tal.

En el contexto familiar sucede exactamente lo mismo: el esposo complace a su esposa, la esposa complace a su esposo y ambos complacen a sus hijos, de esta forma se asegura el fortalecimiento de la organización familiar, lo que permite sobrellevar las diferentes circunstancias que puedan surgir de la realidad que los vincula.

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